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Redes Sociales y la falta de líderes

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Chile me preocupa. Mientras más tiempo paso pensando en el proceso complejo que se nos viene más me aumenta esa preocupación.

Ya llegó marzo. Se nos venía, decían. Desde mi ventana puedo ver miles de ciclistas subiendo por la Avenida Providencia. Un hombre con una bandera chilena en su espalda bloquea el paso de los autos para que los otros ciclistas puedan avanzar. Se une a los gritos que comparan el actual presidente con un dictador muerto.

Chile me preocupa. Mientras más tiempo paso pensando en el proceso complejo que se nos viene más me aumenta esa preocupación. Todo los días cometo el mismo error de leer comentarios en Facebook y respuestas en Twitter. Un ejercicio morboso que no debería hacer y después me intento convencer que lo que leo no es Chile.

Lo que podría ser un bonito proceso de ajuste constitucional y de re-pensamiento del contrato social corre el riesgo de estar sacudido por ideológicos no calificados y con motivaciones dudosas. Siento que las redes sociales están teniendo un rol demasiado importante en esta perversión.

La constante amenaza de la violencia, la ineptitud de carabineros y la insuperable torpeza del presidente también juegan su parte. Hay un ambiente tenso que se está fermentando en la capital y seguramente en otras ciudades del país también. En Providencia hasta los semáforos se blindan:

Santiago Smart City

Todos somos de una manera culpables, aquí nadie se salva. ¿Podemos decir que hemos intentado establecer dialogo? Hay un vacío de poder y al parecer nadie quiere asumir la responsabilidad de liderar, no de hacer campaña ni protestar, simplemente de liderar.

Reconozcamos que hay gente mal intencionada por ambos lados. Gente mala, gente aprovechadora, gente que ha sido catapultada desde la periferia de la sociedad decente al centro del debate público en los últimos meses. Muchas veces solo a través de su presencia en redes sociales. Estas personas, (repito: de ambos lados ) solo buscan imponer sus propias ideas y ni piensan en el bien común.

Algo importante a tener en cuenta para los meses que vienen. Se están formando burbujas que podrán causar daño al proceso constituyente.

Al final de todo esto todos nosotros tenemos que vivir en el mismo país, chilenos de izquierda y derecha, extranjeros de derecha e izquierda, todos. El país que emerge de este proceso tiene que ser liderado por alguien. Alguien que hay logrado establecer el dialogo y la comprensión. Actualmente el zeitgeist está dominado por una variedad de personajes irresponsables que no aportan al debate y que simplemente contribuyen a la creciente polarización. Algunos son personajes que han emergido post O-18, otros son caras conocidas que se sienten empoderadas por los acontecimientos.

El “problema” de las RRSS ha estado presente desde el principio de la crisis. Yo no compro la teoría de intervención extranjera masiva. Sí existen cuentas que han sido creadas para incentivar el odio pero las cantidades no son suficientes. La falta de educación digital y la poca capacidad de diferenciar entre noticias falsas y reales ha sido mucho más grave. Hay figuras chilenas en Facebook y Twitter que se han dedicado a hacer lecciones de comunicación irresponsable. Figuras que deberían tener mayor conocimiento del impacto de sus palabras o peor, sí lo saben y les da igual.

Aquí yo tengo una teoría sobre el impacto de las endorfinas que entregan las interacciones en las redes sociales. Las olas de feedback positivo se vuelven adictivas. Los likes y los retweets sirven como bencina para maquinas de producción de tweets populistas e inoportunos. La gente busca reforzar sus puntos de vista y recorren a estas nuevas figuras para encontrar lo que quieren escuchar. Estas figuras responden de distintas maneras, a veces se caen en el populismo básico.

¿Cómo podemos avanzar hacía un proceso constituyente sin un grupo de personas que lo lideran? Hay niños muy grandes jugando a ser milicias en Providencia, hay otros niños muy grandes que atacaron un hotel en Viña del Mar. Ya sabemos que el gobierno no puede liderar, los partidos tampoco. El discurso tóxico en las redes sociales aumenta las probabilidades de violencia. Si no se controlan las demandas y si no se manejan las expectativas sí sabemos cómo va a terminar: decepción y fuego.

¿Dónde están los líderes?

P.D Mientras termino de editar esto escucho que RD buscará acusar constitucionalmente a Gonzalo Blumel. Pues así con los líderes.

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